-Estoy triste - fue lo primero que dijo cuando lo pusieron en la mesa... parecía que se derretía de tristeza.
- ¿Por que? - le pregunté intrigado.
- Por que nadie me quiere - respondió - nadie me ha demostrado cariño desde que nací.
- ¿Como es eso? - respondí poniendo mi servilleta en mi cuello.
- Mi padre, el cocinero, me puso en un frio refrigerador apenas nací y no me iba a ver mas que para llevarse a uno de mis hermanos... y nisiquiera me dirigia la palabra.
- ¡Que malvado! - dije para que sintiera que lo entendía, mientras tomaba la cuchara en mi mano con sigilo y discretamente.
- ¡Y eso no es todo! cuando por fin vino por mí, me puso en este horrible envase y me clavó estas dos galletas, y me vino a abandonar a esta mesa... nadie nunca me ha demostrado cariño en mi corta vida.
- HELADITO... - le dije salameramente
- ¿que?
- yo si te quiero.
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el heladito se puso feliz... no cabía en si mismo....
-YO TAMBIEN TE QUIERO- me dijo con lágrimas de chocolate en las galletas.
esas fueron sus ultimas palabras.... estaba delicioso.
La verdad es que saben mejor cuando estan felices.